Subíamos por una colina entre el bosque, cuando llegábamos a la cima, una mancha rosa de brezos en flor eran mecidas por el fuerte viento de levante, era un lugar que sin duda llamó nuestra atención. Decidí situarme en el punto más alto, los brezos abajo, al fondo el bosque de alcornoques, aislé a 70 mm unos troncos en en lado derecho, los pocos que no se movían, dejando la copa de otro alcornoque a la izquierda. Estaba nublado y había poca luz, pero para intensificar la sensación de movimiento opté por bajar el ISO lo máximo posible, emplear un diafragma cerrado y polarizador para evitar los brillos de las hojas, el viento haría lo demás.
Equipo: Nikon D3, 24-70, trípode, polarizador, f22, 10 seg.
Fatástica, Diego. El color es un regalo y la ventana “estática” que has dejado entre tanto movimiento es un lujo. De estas tenemos que hacer , yo estuve intentando estas cosas en Japón. Un abrazo