Es curioso como un fenómeno puntual provocado por la propia naturaleza influye sobre el territorio y la gente que lo habita, un par de imágenes separadas por escasos 20 kilometros y un provervio tarifeño con el que nos despidió alguien que lleva muchos años aguantando el viento de levante.
“Con ustedes yo me iría pa no aguantá este levante, que me va costá la vida si Diós no lo aguanta antes…”. Cádiz.