El pasado verano descubrí una maravillosa atalaya en la Sierra Sur de Sevilla, desde la cual se divisa casi toda la frontera con Cádiz. Desde entonces, apenas he tenido ocasión de volver al lugar, aunque algunos compañeros de fatigas a los que les mostré el sitio si han tenido ocasión y me han puesto las pilas. Sólo tiene dos encuadres al atardecer y tres al amanecer, pero es un lugar donde se pueden dar muchas variables de luces, nieblas y nubes.
Ayer al amanecer me planté allí con pocas esperanzas pues al salir de casa el cielo estaba raso y con mucho viento, sin embargo al alba, empezaron a entrar algunas nubes altas, alguna niebla muy dispersa y mucho viento y frío, apenas un grado, pero la luz esa espectacular. Así que mereció la pena.
Esta es una de las localizaciones que visitaremos durante el Curso de Iniciación a la fotografía de naturaleza en Febrero de 2012